lunes, 14 de abril de 2008

LA CRISIS INMOBILIARIA

No soy economista, tan solo un pelín observadora.
En estos días en los que lo único que se oye es hablar de crisis, (y según algunos expertos el año que viene puede ir mucho peor) nos quejamos del precio de vivienda, de sus correspondientes hipotecas y de las subidas de productos básicos, pero hace unos años, en época opulente, yo no reparaba en que la vivienda se estaba convirtiendo en un negocio, o quizá siempre lo haya sido, pero de forma menos evidente.
En la última década la compra-venta de viviendas movió mucho dinero, porque si alguien compraba una casa a los pocos años podía revenderla incluso pidiendo el doble de lo que le costó. Así que parece que no existe otra inversión que ofrezca tan alta rentabilidad.
Con la crisis del mercado inmobiliario se han visto afectados otros sectores que intervienen en estas transacciones como la banca, notarios, gestorías…
Además las administraciones locales y el mismo estado se favorecieron también de esta etapa que nos hizo sentir la falsa ilusión de que las cosas se estaban haciendo bien, por la entrada de ingresos derivados de licencias, impuestos, plusvalías…
Entonces, no es de extrañar que económicamente vivamos una situación crítica, en donde, el que ha sido siempre modesto se aprieta un poco más el cinturón. Si tiene que pagar hipoteca (la gran mayoría), se echará las manos a la cabeza y aumentará el tope de su tarjeta de crédito para pasar el mes hasta una época mejor. El que no tenga tarjeta de crédito y encima haya perdido el trabajo, a vivir de “prestao” o de alquiler.
También existen los que se enriquecieron con ayuda de la especulación.
¡Wow! En poco tiempo se vieron manejando grandes sumas de dinero y fueron arriesgando cada vez más y más. Lo que al principio podía resultarles extraño, como pagar sobornos o dinero bajo la mesa para la obtención de licencias y recalificaciones se volvió algo normal.
Ahora muchos de ellos se ven ahogados, algunos hasta están perseguidos por sus acreedores y por la ley.
Si en otros países ha sucedido lo mismo, está claro que hacer de la vivienda un negocio es un error a escala global.
Aunque no me quiero engañar pensando que los especuladores afectados sean solo los promotores inmobiliarios o empresas constructoras.
¿Quién no conoce a alguien que con la venta de propiedades se haya embolsado algunos milloncitos?
Algunos de estos inversores en vivienda más modestos se están dando cuenta que ya esto no es la gallina de los huevos de oro, pues ya la venta de casas se ha paralizado, el margen de beneficios es menos, siendo en ocasiones nulo pues la venta apenas da para cubrir los gastos.
Y yo me pregunto:
¿Dónde está el dinero que hace años enriqueció al gremio de la construcción? no puede haber desaparecido, tiene que estar en algún lugar, pero, ¿Dónde? ¿Se habrá fugado a países emergentes abierto a pelotazos inmobiliarios?
¿Hacia qué otras áreas se podría orientar la economía, cuales serán los sectores que ofrecerán más estabilidad a nuestro sistema financiero?

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