lunes, 10 de enero de 2011

Aferrarse

Cómo superar el temor a la crisis global, que no es solo económica sino también de valores. Como hacer, para no hacer trizas este mundo, como combatir la dictadura de la obsolescencia programada, la fiel aliada del consumismo, que ahora entre la población en paro tantos disgustos está ocasionando, porque todo lo que se compró en el periodo opulento ahora se va rompiendo poco a poco, al igual que las pequeñas seguridades a las que nos aferrábamos por aquel entonces. ¡Qué casualidad! Los electrodomésticos se rompen un poquito después de que expira la garantía. Todo parece efímero, ahora mas que nunca, los objetos de consumo, las relaciones, los trabajos... Y mientras tanto, nos seguiremos aferrando a lo que fuimos, hasta que ya sea del todo insostenible, viviendo cada uno su infierno particular, con el temor a perder lo que se tiene, con temor a la escasez, a pesar de que "en la tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos", como dijo Gandhi. De modo que no queda otra que aguantar y sufrir la dictadura del miedo, tragando lo que haga falta: trabajos basura, recortes presupuestarios, subidas de la gasolina, de la factura de la electricidad... Y encima cuando conseguimos un empleo y nos explotan hay que agradecer el sometimiento. ¡Hay que ver! ¡Vamos pa´tras!

-Preliminar del miedo- Mario Benedetti
Por sobre las terrazas alunadas
donde se aman cautelosamente los gatos
y los brillos esquivan las chimeneas
creo que nadie sabe lo que yo sé esta noche
algo aprendido a pedacitos y a pulsaciones
y que integra mi pánico tradicional modesto

¿cómo desmenuzar plácidamente el miedo
comprender por fin que no es una excusa
sino un escalofrío parecido al disfrute
sólo que amarguísimo y sin atenuantes?

los suicidas no tienen problemas al respecto
deciden derrotarse y a veces lo consiguen
entran en el miedo como en una piragua
sin remos y con rumbo de cascada
son los descubridores del alivio
pero la paz les dura una milésima

tampoco los homicidas se preocupan mucho
limitan el miedo a una coyuntura
desenvainan la furia o aprietan el gatillo
y todo queda así simplificado y yerto

pero los demás o sea los que venimos
tironeados por la maravilla
y perseguidos por el horror
los demás o sea los compinches de la duda
los candorosos los irresponsables
los violentos pero no tanto
los tranquilos pero no mucho
los deportados de la buena fe
los necesitados de alegría
los ambulantes y los turbados
los omisos de la vanguardia
los atrasados de la vislumbre

ésos qué haremos con el mundo
sino asediarlo a escaramuzas
desmenuzarlo con las uñas
extinguirlo con el resuello
desmantelarlo a mordiscones
hacerlo trizas con la mirada
dar cuenta de él con el amor
estrangularlo.