martes, 27 de julio de 2010

Siluetas


La tarde se presentaba nublada, el burro está bien alimentado por el alisio porque su panza parece cada vez más grande. Pero eso no disuadió a los componentes del taller de fotografía del museo Antonio Padrón de practicar con sus cámaras.
Subimos la montaña de Amagro pero allí el alisio dejó de alimentar al burro de nubes. Los rayos del Dios Magec realzaron las texturas y los contrastes y armados con nuestras cámaras empezamos a disparar aquí y allá, observando las cosas de ese modo tan especial que se suele activar cuando empiezas a mirar detrás de un objetivo.
De allí saltamos a Troya y desde la canalización de agua nos embriagamos con la sensación de vértigo y con la belleza del valle de Agaete. El sol comenzaba a ponerse y las siluetas se volvieron muy fotogénicas.
La excursión terminó en las salinas hasta que la noche cayó sobre nosotros y el fresco nos fue calando los huesos.