viernes, 1 de agosto de 2008

Si me preocupara por lo que sientes

¿En cuantas ocasiones nos hemos sumido en nuestra egoísta actividad frenética, sin reparar en las circunstancias de los demás, en sus necesidades? Pero claro, estamos demasiado enfrascados en identificar qué es lo que nos está ocurriendo para considerar lo que siente el otro y así nos va.

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6 comentarios:

emejota dijo...

OK. En el clavo. Solemos ir por la vida solo preocupandonos de nosotro mismos (sin ir mas lejos, este que subscribe) y creyendonos -aunque realmente, pienso, que sin saberlo- que somos el centro del mundo. Nuestros problemas y circunstancias parecen ser los unicos que importan... Olvidandonos, pero sin darnos cuenta, ya digo, de que hay otras persona a nuestro alrededor, y que estos a su vez, tambien tienen sus propios problemas e historias que contar.

Vamos con prisas... Quiza esa sea parte de la clave de todo... El ritmo al que nos toca vivir. Sin miramientos, nos vamos dejando conducir, arrastrar, a unas pautas o formas de ser y estar, que si nos parasemos a reflexionarlo, nos dariamos cuenta que nosotros no somos asi. Que, realmente, nuestros padres no nos educaron de esa manera (salvo algunos casos, que de todo tiene que haber) y que si nos comportamos con esa indiferencia... y a veces hasta despoticamente, con los demas... En realidad eso no esta dentro de nosotros...

Bueno. Lo que quiero decir es: Tomemosnos las cosas con mas calma. Si, ya se... Son los tiempos que nos han tocado vivir. Pero... No nos dejemos arrastrar por ellos -al menos intentarlo- o si no, me temo, estamos abocados a vivir en la Indiferencia mas absoluta con respecto a los demas y viceversa. Que triste ¿no?

Gente que anda por la calle, por la vida... Sin mirar a los demas. Fija la atencion en uno mismo, sin reparar en nada mas. Si, triste. ¿Es lo que nos espera?

En fin. Ya no doy mas la lata.

Beso niña.

Tairidima dijo...

¡Gracias por tu visita y comentario, pondré tu link en mi blog pues no lo tenia, me uno al comentario que te ha dejado Emejota...Saludos, ok, chao!!

EsTelaMarinera dijo...

Hola Tairidima!
Que bueno que estás por aquí. Gracias por añadirme. A ver si en septiembre cuando retomen el programa de radio tenemos oportunidad de vernos
Beso

EsTelaMarinera dijo...

¿El ritmo que nos ha tocado vivir? Yo considero que tenemos libertad para decidir a nivel personal a que ritmo queremos funcionar. Pero si dejamos que nos arrastre la inercia, si nos dejamos llevar por la corriente y no hacemos nada por cambiar la dirección de las cosas, seguiremos así, dando palos de ciego.
Ir contra corriente no es sencillo, pero creo que a la larga una visión más empática de los demás mejoraría considerablemente nuestra convivencia y merece la pena intentarlo.

Jose Coyote dijo...

Recientemente he podido comprobar de primera mano esto que comentas. Hay mucha gente que está para recibir, pero a la hora de ofrecer esconden la cabeza. De palabra están cambiando el mundo, la cosa es que ese mundo del que hablan es sólo suyo, es su versión del mismo, y desde que no compartes su visión estás fuera y se van a las trincheras de la sinrazón. Por suerte la velocidad se demuestra andando y el camino se hace al andar. Qué bonito es ver trabajar sin querer aprender y cambiar espejos por oro...cínicos... Hacemos las cosas sin esperar recibir nada a cambio en la amistad, pero nos descuadran cuando necesitamos de los demás lo mas simple y no están, sólo están para pedir.

EsTelaMarinera dijo...

Si, suele pasar, a veces quien más da es quien más necesita ayuda,
pues suelen anteponer las necesidades de los otros que las suyas propias y quedan finalmente vacíos.
Los corazones generosos en momentos de crisis aprenden una lección muy importante, a distinguir quien está al lado porque le necesita y quien está porque realmente corresponde con su afecto, a aquellos que están a las buenas y a las malas.
En esos momentos nos podemos sentir muy solitos, pero los que permanecen merecen más la pena que todos aquellos que en nuestro momento malo han salido en estampida.
Considerando la parte más positiva: aquellos que desaparecen de nuestras vidas en los malos momentos ya dejan de abusar de nuestra generosidad.