La tarde se presentaba nublada, el burro está bien alimentado por el alisio porque su panza parece cada vez más grande. Pero eso no disuadió a los componentes del taller de fotografía del museo Antonio Padrón de practicar con sus cámaras.
Subimos la montaña de Amagro pero allí el alisio dejó de alimentar al burro de nubes. Los rayos del Dios Magec realzaron las texturas y los contrastes y armados con nuestras cámaras empezamos a disparar aquí y allá, observando las cosas de ese modo tan especial que se suele activar cuando empiezas a mirar detrás de un objetivo.
De allí saltamos a Troya y desde la canalización de agua nos embriagamos con la sensación de vértigo y con la belleza del valle de Agaete. El sol comenzaba a ponerse y las siluetas se volvieron muy fotogénicas.
La excursión terminó en las salinas hasta que la noche cayó sobre nosotros y el fresco nos fue calando los huesos.
Subimos la montaña de Amagro pero allí el alisio dejó de alimentar al burro de nubes. Los rayos del Dios Magec realzaron las texturas y los contrastes y armados con nuestras cámaras empezamos a disparar aquí y allá, observando las cosas de ese modo tan especial que se suele activar cuando empiezas a mirar detrás de un objetivo.
De allí saltamos a Troya y desde la canalización de agua nos embriagamos con la sensación de vértigo y con la belleza del valle de Agaete. El sol comenzaba a ponerse y las siluetas se volvieron muy fotogénicas.
La excursión terminó en las salinas hasta que la noche cayó sobre nosotros y el fresco nos fue calando los huesos.
2 comentarios:
Como me gustaría ir un día con ustedes a disfrutar de esos maravillosos paseos y conocer algo más de mi Tierra, Tengo envidia sana. Magnifica la foto. Cierto es lo que dices del del objetivo y del ojo que mira.Saludos cordiales Clara
Clara!
Que bueno leerte.
A ver si en el próximo encuentro te puedes escapar y te reunes con nosotros.
Abrazo
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