Después de un tiempo, uno aprende
la sutil diferencia entre sostener
una mano y encadenar un alma,
la sutil diferencia entre sostener
una mano y encadenar un alma,
uno aprende que el amor no significa recostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos, no con el dolor de un niño.
Y uno aprende a construir todos sus caminos
en el hoy, porque el terreno de mañana es
demasiado inseguro para planes
en el hoy, porque el terreno de mañana es
demasiado inseguro para planes
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad,
y después de un tiempo uno aprende:
que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema.
Así uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien te traiga flores,
y uno aprende que realmente fue de aguantar que uno es realmente fuerte,
que uno realmente vale, y uno aprende y aprende,
con cada adiós uno aprende.
que uno realmente vale, y uno aprende y aprende,
con cada adiós uno aprende.
Jorge Luis Borges
4 comentarios:
Si... Tanto que aprender... De Borges, pero como si lo hubieras escrito tu... o yo. Besos.
Muy profundo, ese Borges, debería dedicarse a escribir. Buena foto para acompañar el texto. Saludos
Emejota!!
Que bueno verte de nuevo por aqui. Ya me gustaría escribir con el estilo de Borges, pero si que me siento identificada con sus palabras, especialmente en estos tiempos tan raros que corren.
Ari, buena apreciación, supongo que algunas horillas dedicará este señor a escribir.
Madurez construida plantea Borges, planteas tu, desde la misma orilla que las horillas que hacen falta para abrir los ojos y descubrir las arrugas de la mano al escribir "experiencia".
Preciosa foto y casi subimos...o bajamos...
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