Tendemos a descartar todo aquello que no hayamos vivido o
hayamos sido testigos. De modo que si nunca hemos vivido una guerra, nos
resulta inconcebible que nos suceda, lo mismo ocurre con los hechos como: ser
víctimas de un robo, accidente o algo similar.
Y es que todo eso nos queda tan lejos…
En mi caso, esa lejanía es porque fueron mis abuelos los que
vivieron la guerra, porque mi madre y mis tíos pasaron desconsuelo y hambre
durante la escasez de la posguerra con sus cartillas de racionamiento, los que prácticamente
se tuvieron que criar solos, los que tuvieron que ver y padecer cosas que un
niño no tendría que presenciar ni vivir, porque todos ellos se quedaron de un
modo o de otro marcados al descubrir que para sobrevivir en esos casos la
dignidad deja de tener importancia y la moralidad queda reservada para aquel
que se la pueda permitir.
Hubo un tiempo en que juzgué duramente los comportamientos
de mis ancestros, pero ahora me doy cuenta que no soy quien para recriminarles
nada desde mi posición aburguesada, (que si bien no es opulente, pues yo ya vivía en crisis mucho antes de que se declarase la crisis oficial y aún
no he salido), es una posición que aunque me cueste llegar a fin de mes, jamás
me he quedado sin comer o sin techo.
Así que la lejanía temporal es tan determinante como la
geográfica.
¡Qué lejos queda la guerra de Siria o los conflictos de África!,
¿verdad?
Sí, exacto. Somos ajenos, no nos afecta. ¿O tal vez si? ¿Es
que acaso no nos está afectando con los movimientos migratorios?
Cuando veo un éxodo de tal magnitud solo puedo pensar que no
podemos permanecer ajenos o al margen de lo que sucede al otro lado del mundo,
que no debemos olvidar la cantidad de veces que los pueblos han tenido que
dejarlo todo y huir para sobrevivir.
Es lamentable ver a las familias buscando un lugar donde
poder vivir, ver a personas que sin saber nadar arriesgan sus vidas en una
travesía que no se sabe cómo terminará, o saltando una alambrada sabiendo que si
no se tiene la fortuna de llegar al otro lado, lo pueden matar a palos.
Pero más lamentable es ver cómo los descendientes de pueblos
que tuvieron que huir de la barbarie tratan inhumanamente a los desplazados,
porque claro, "Todo eso queda muy lejos en el tiempo".